viernes, 24 de mayo de 2013

Información y poder (Adela Chelminsky)

Dicen que quien no conoce la historia tiende a repetirla. Es por esto que los nuevos empresarios tendemos a analizar, a veces de sobre manera, los números que va generando el negocio. Cuando empiezas uno propio, la sabiduría empresarial dice que tienes que estar pendiente de cada número, de cada cifra que arroje para llevar un conocimiento pleno y completo de su desempeño.
 
Analizamos las ventas, el crecimiento en ventas, el promedio móvil del crecimiento en ventas, las ventas por artículo, las ventas por cliente, el histograma de crecimiento, el crecimiento mes a mes, el crecimiento contra el mismo mes del año anterior, las cifras desestacionalizadas. Y eso es sólo en cuestión de ventas. La utilidad (o pérdida), la productividad, los costos y hasta los estornudos son dignos de análisis.
 
Lo difícil no es realizar o conseguir esta información. Simples fórmulas en Excel o una plática con la persona que lleva la contabilidad son suficientes para generar datos y más datos. El problema es poderlos procesar y utilizarlos para actuar.
 
Salvo por un par de mentes brillantes, para el resto de los mortales el analizar tantos números nos lleva a conclusiones automáticas en la cabeza. Al contrario, después de una sesión numérica lo único que quiero hacer yo es llorar.
 
El término de moda hoy en el mundo de los negocios es Big Data: la tendencia que existe de analizar hasta el nanodetalle toda la información numérica y estadística de nuestro negocio (y/o de nuestros clientes).
 
Pero para un negocio pequeño esta Big Data puede convertirse en un Big dolor de cabeza.
¿Cómo analizar la información que generamos y que nos permita encontrar lecciones y tomar acción?
 
1.- La tercera es la vencida.
El estratega de negocios Simon Sinek dice que en todos los procesos de análisis y liderazgo hay que hacerse tres preguntas, siendo la tercera la más importante de todas. Primero hay que preguntarse el qué. ¿Qué está pasando en cuestión de ventas? ¿Qué está pasando en mi ciclo de cobranza? Y responderlo, obviamente, con los números correspondientes. Esto lo hacemos prácticamente todos.
 
 La segunda pregunta, que se la hace un número menor de gente, es cómo. ¿Cómo es que este crecimiento o decrecimiento se está dando? ¿Cómo es que tengo una cartera vencida de tal o cual tamaño?
 
Pero la pregunta más importante, y la que menos gente se hace es por qué. Ésta es la pregunta más difícil de hacerse, porque implica pensar un poco más. Así como las dos primeras preguntas son respondidas con números, la tercera implica adaptar esos números a la realidad y dar, a veces, un salto de fe en encontrar las causas.

Sin embargo, el preguntarse el por qué (aun cuando a veces erremos en la respuesta) es fundamental para analizar y entender el proceso que lleva nuestro negocio.
 
2.- Analiza lo bueno al igual que lo malo.
En los años (o meses o momentos) de vacas gordas nadie se preocupa por analizar los datos. Cuando tenemos éxito sentimos que no necesitamos analizar el por qué y cuándo fracasamos le damos miles de vueltas a los datos. Esto es un error garrafal.
Tan importante analizar los aciertos como los descalabros para poder entender qué es lo que estamos haciendo bien, qué es lo que estamos haciendo mal y bajo qué circunstancias aplican cada una de las acciones.
 
3.- Aplicar las acciones.
Los negocios no viven en un plato de Petri. Los negocios viven en la realidad.
El analizar los datos y no tomar acciones con base en ellos es una pérdida de tiempo. Mucho mejor analizar datos en pocos campos y tomar acción que analizar miles de datos en todos los aspectos del negocio y quedarse paralizado

lunes, 11 de marzo de 2013

Cualidades de una mujer exitosa, según Elsa Zambrano

Es muy importante la flexibilidad como estrategia corporativa en las empresas. Flexibilidad que permita una participación por igual de cada uno los empleados, enfocando el trabajo en resultados y en el cómo más que en el dónde.

Es cierto que todas tienen la capacidad de desarrollar las siguientes características, sin embargo, hay unas mujeres que ya las tienen claras en su estilo de vida y las ponen en práctica todos los días:


1.- Segura: la primera cualidad debe ser la seguridad que tienen en ellas mismas y se refleja en todas las tareas que realizan, desarrollando una capacidad de reacción efectiva ante los eventos inesperados de la vida y los riesgos que toman resultan emocionantes, pero razonables.

2.-Visionaria: esta es la capacidad que tienen de reconocer y aprovechar las oportunidades al máximo, disfrutando siempre del presente, pero moldeando el futuro que quieren disfrutar el día de mañana.

3.-Equilibrada: poder crear un balance en su vida, siendo completamente coherentes entre lo que hacen, piensan y comentan. Son mujeres capaces de darlo todo de sí mismas y reconocen cuando deben decir No.

4.-Positiva: esta característica es fundamental, ya que la actitud positiva se puede difundir entre las personas cercanas, son perseverantes, y viven apasionadas con la vida.

5.-Enfocada: saben cuáles son sus metas y trabajan disciplinadamente para llevarlas a cabo, esta cualidad les permite tomar decisiones con claridad.

6.-Organizada: el tiempo que deben manejar debe alcanzar para su área laboral, sentimental y familiar. Por esta razón, la organización es clave para cumplir con mayor eficiencia con las responsabilidades sin dejar de lado la vida personal. Se apoya en la tecnología para lograrlo.

7.-Comunicativa: tienen la inteligencia de crear y mantener óptimas relaciones interpersonales ya que por su naturaleza la mujer es conciliadora.

8.-Actualizada: finalmente debe estar informada y actualizada sobre las últimas tendencias que aparecen en el mundo para tener una visión completa de su contexto actual, y se mantiene conectada en los diferentes aspectos de su vida todo el tiempo.

Ojalá que estas características se puedan identificar en una mujer exitosa, en su vida personal, laboral y familiar, donde desarrolle cualidades de liderazgo que la conviertan en un modelo a seguir.



miércoles, 27 de febrero de 2013

Técnicas para ahorrar, según la página web ser millonario

Técnicas Para Ahorrar

Ahorrar es una excelente forma de contar con un dinero extra en caso de emergencias o simplemente para tener un respaldo monetario. Es por esto que te damos a conocer cinco divertidas técnicas que te pueden ayudar a terminar con tu problema de no poder ahorrar dinero.

1. No usar dinero en tres días

Para que te dure más la quincena, no debes mover el dinero en tres días en forma de placebo; pues estarás moviendo la fecha de la quincena para que la primera dure 18 días y la segunda 15. En la segunda debería sobrarte algo de dinero para ahorrar.

2. Guardar diariamente

Puedes guardar todos los días una cantidad determinada. No tiene que ser mucho, sólo tienes que fijarte una meta que no dificulte tus actividades diarias.

3. Transferir dinero

Cada vez que recibas tu sueldo, en lugar de guardar algo de dinero bajo el colchón; transfiérela a una cuenta cuya tarjeta no tengas. De esta forma terminarás con la tentación de gastar los excedentes.

4. Guardar el cambio

Cada vez que hagas compras, guarda el cambio en un lugar determinado, de esta forma no te gastarás todo lo que tienes.

5. Castígate y castígalos

Cuando las mamás quieren corregir a sus hijos y saben que el dinero es un factor de peso, les quitan una cantidad de su domingo. Haz lo mismo con tu dinero y te darás cuenta cómo logras ahorrar.

6. Cuando estés frente a un producto o a punto de hacer un gasto

Antes de comprar espera un segundo y pregúntate ¿Realmente necesito esto?. Si eres honesto la mayoría de las veces tu respuesta será NO. ¿Ves que simple forma de gastar menos?.

Vale la pena repetírtelo: Cuando estés a punto de comprar cualquier cosa, pregúntate a ti mismo ¿Realmente necesito esto? Si la respuesta es no, continua con tu día. ¿Ves que no pasa nada?.

lunes, 14 de enero de 2013

6 hábitos que arruinan tus finanzas

A continuación los 6 hábitos que arruinan nuestras finanzas, según la revista Dinero Inteligente

1. Dilación.

Postergar las actividades que nos gustan.

Ejemplo: Realizas primero la actividad que más te gusta y, si te da tiempo, la otra.

2. El establecimiento mental de metas.

Cómo nuestro cerebro aborda las grandes tareas, repartiéndolas, o no, en metas pequeñas y asequibles.

Ejemplo: Necesitas bajar de peso y te pones una meta. ¿Cómo la redactas mentalmente?
"Quiero bajar 10 kilos en total, pero esta semana quiero empezar por uno".

3. La disonancia cognitiva.

Cómo nos convencemos de que algo malo que hicimos no es tan malo.

Te pasas un alto (sin causar un accidente). Lo primero que piensas es: "¡Necesito prestar más atención y dejar de hablar por celular mientras manejo".

4. El cobijo grupal.

O encontrar cobijo en errores de las masas para sentirnos tranquilos por nuestros errores.

5. La autojustificación.

Cómo nos convencemos de que lo que queremos es lo correcto.

6. La manera en que abordamos el fracaso.

Si lo vemos como un punto de aprendizaje y de partida o como el fin de un proyecto.